Jenny Nivelo tiene 31 años, es ama de casa y desde esta semana sus responsabilidades se extienden al ser posesionada como Jueza de Paz de la parroquia El Cabo del cantón Paute, lugar donde vive.

Junto a ella 13 representantes de las comunidades de El Cabo participaron de un proceso de formación que duró dos jornadas. Tras ello, los asistentes eligieron al juez o jueza de paz; una persona que sea honesta, reconocida por su comunidad y que cuente con la confianza de todos. Jenny resultó designada.

Para el Presidente del GAD parroquial, Bolívar Once, contar con una Jueza de Paz permite que la parroquia mejore y tenga un mayor impulso social. “Queremos que el cabo no sea sólo reconocido por obras y por su gastronomía, sino que también sea un territorio de paz donde prime el diálogo y las buenas relaciones entre vecinos”.

En el acto de posesión el Presidente de la Corte de Justicia de Azuay, Pablo Valverde, explicó que el cargo tiene una duración de dos años y que se trata de un real compromiso y vocación, porque el servicio que brinda la jueza de paz es gratuito y no es recuperable.

“La justicia de paz obedece a un mandato constitucional y lo hacemos posible gracias al trabajo comprometido de ustedes. Con nuestros jueces y juezas de paz logramos acercar la Justicia a las parroquia y evitar que se judicialicen conflictos que pueden ser solucionados a través del diálogo y la conciliación”, afirmó el operador de justicia.

La jueza de paz podrá intervenir en la solución de conflictos vecinales, individuales y comunitarios de manera ágil y gratuita. La oficina se ubica en las instalaciones del GAD Parroquial El Cabo, brindará atención los sábados y domingos, de 08h00 a 12h00.